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Cinco dibujos

A propósito de la exhibición Cuatro Nombres en Galería La Cometa Madrid, comparto hoy el texto que amablemente y por su propia iniciativa ha escrito el coleccionista Luis Caballero Martínez sobre los dibujos de mi autoría que se presentan en la muestra.




Cinco dibujos de Laura Ramírez Palacio

Luis Caballero Martínez (Médico psiquiatra y coleccionista)


He seguido recientemente - y he tratado de estudiar - el proceso de creación de la maravillosa serie de dibujos de Laura Ramírez titulada “Disociación”, anterior  a estos cinco que ahora presenta en la Galería “La Cometa” de Madrid. De mi cuaderno de notas sobre esa serie transcribo, sin mucho orden, los siguientes epígrafes: la sorprendente inmediatez de su trabajo, que parece casi producto de una acción fisiológica ingobernable; su estado de conciencia al dibujar, a mitad de camino entre el trance de los artistas y la habilidad de los ilusionistas; la admirable coherencia y  singularidad de los resultados, en los que se mezcla lo ominoso y lo entrañable, lo desolador y lo acogedor, el  terror y el humor y en todos flota un inagotable interés por entenderse, tanto a sí misma como a los demás. Y también tenía anotados: la inteligente selección del soporte (el papel Mylar o poliester film) que resiste ataques con los materiales más diversos, raspados y borrados, hasta alcanzar - incluso maltratando el papel - su objetivo; las claves de la nitidez variable de los trazos y las formas; la portentosa, rica y simbólica utilización de los negros y los blancos; la admirable destreza para el dibujo y, a la vez,  la feroz autocrítica.  La serie “Disociación” encajaría muy bien en ese tipo de dibujos a los que Berger llamó “de la memoria” y en los que, dice este autor, los artistas tratan de  descubrir y exorcizar recuerdos propios, inexpresables de otro modo.

Creo que estos otros cinco dibujos inauguran una etapa nueva.


En “Logos devorando a su hija” aparece el terror de la desaparición física y emocional pero también el lenguaje de la intimidad infantil y la determinación de conservarlo. En “Domadora de tormentas” una de esas niñas, tan de Laura Ramírez, tan discretas, tan amorosas, tan dulces y tan siniestras, cubre su rostro con una máscara que concentra una energía extraordinaria, plena de magia y de poder. En “Trasmundo” otra niña trata de encontrar el modo de caminar erguida sin ahogar los peces que tiene por manos, encarnando una alteridad oculta que ella debe conocer. “Mysterium conjunctionis” y "Vínculos luminosos" celebran (a pesar de todo) el milagro y el enigma de la existencia y de la comunicación humana.  


Cada uno de estos dibujos trae una sorpresa, tiene un escenario diferente, un efecto distinto, en cada uno aparece un monstruo nuevo. Todos  tienen una extraordinaria singularidad y coherencia temática y estilística y todos forman parte de un formidable mosaico de imágenes nuevas que parece virtualmente ilimitado.


Más allá de la factura impecable de estos dibujos y de su atractivo  hipnotizante, se da en ellos una oportunidad única de entrar el laberinto de una intimidad humana porque los dibujos de este tipo - sigue Berger - guardan siempre una relación profunda y única relación con las necesidades del artista que los hace. Son su pura autobiografía taquigrafiada. 

Una variedad de fenómenos mentales aparentemente inconexos  (sueños, fantasías, ensueños diurnos, imaginería, monólogos interiores errantes,…)  definen en gran medida la singularidad y el estilo de cada ser humano y - dice Klinger - su humanidad les confiere un gran interés intrínseco: son la base y el asiento del pensamiento visual, de la imaginación y de la creatividad plástica. Al cuartel general de esta función en el cerebro se le llama hoy “redes neurales por defecto” y solo unos pocos seres humanos, excepcionalmente privilegiados, son capaces de traer a la luz sus imágenes para que los demás puedan contemplarlas.


Dice un aficionado que sigue a Laura Ramírez en la red que espera la subida de cada dibujo suyo casi como la noticia más sugestiva del día. Yo lo suscribiría. Seguramente le permite asomarse a un mundo más real que la realidad porque, dice Kingsley,  “lo que NO tenemos a la vista, en general, es más real que lo que vemos y eso es así en todos los niveles de la existencia humana”. Y todos querríamos saber algo de lo que hay del otro lado.


Bibliografía

  • Berger J. Sobre el dibujo. Barcelona: Gustavo Gili, 2012

  • Buckner RL, Andrews-Hanna JR, Schacter DL. The Brain´s Default Network. Ann N Y Acad Sci 2008;  1124: 1-38.

  • Heinich N. Le paradigme de l´ art contemporaine. Structures de l´ une révolution  artistique. Paris: Gallimard, 2014.

  • Kingsley P. En los oscuros lugares del saber. Madrid: Atalanta, 1999

  • Klinger E. Structure and Functions of Fantasy . New York: John Wiley & sons, 1971

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